Todos somos Malvinas
«¿Quién nos habla aquí de olvido, de renuncia, de perdón?
¡Ningún suelo más querido
de la Patria en la extensión»
Durante estos años los periodistas hemos tenido la convicción y compromiso profesional de testimoniar desde el lugar que nos toque que Malvinas fue algo más que una guerra.
Afortunadamente año a año la información ha ido «saliendo a la luz», descubriéndose hechos poco conocidos.
Después de estos años siento la necesidad de compartir algunos detalles.
Ushuaia año 1982, promesa y desafío
Hacía 15 días que había llegado a Ushuaia, una fascinante Ciudad de tan sólo algo más de 9.000 habitantes por aquel entonces.
Salí como todas las mañanas aquel 2 de abril caminando hacia el trabajo desde muy temprano, el sol asomaba sobre el este y la calma habitual se rompía por una presencia más acentuada de militares en algunos lugares de la ciudad.
Poco importaba esa imagen en una ciudad que era capital de un Territorio Nacional gobernado por marinos que eran parte activa de una dictadura, pero imprescindibles actores de una sociedad tan austral y lejana en aquellos años.
Camine bordeando la bahía encerrada por calle Maipú y al subir a la calle San Martín, luego de cruzar el cementerio, vi venir algunos infantes de marina (bichos verdes) caminando con uniforme de combate y sus caras pintadas camufladas. Entre ellos el Capitán de Corbeta J.C.G. a quien conocía por haber sido mi jefe en la instrucción durante mi servicio militar en el ’79. Me reconoció, se acercó a mí y me dijo; ¿qué hacés pendejo, te enteraste? ¡recuperamos Las Malvinas!
Mi emoción y estupor vencieron mi tranquilidad de aquella mañana y el tiempo se aceleró metiéndonos a todos en la guerra que gozamos desde el alma y padecimos desde el corazón.
Tuve la suerte de «vivirla» en mi amada ciudad de Ushuaia. Poco entendía, como tantos, de qué iba una Guerra planificada por una dictadura que buscaba el último «golpe efecto» de popularidad para un régimen que «hacía agua», mejor dicho; «hacía sangre», por todos lados.
Nuestra voluntad y compromiso con La Patria no se hizo esperar, y ahi llegó actuar en la DC (Defensa Civil), los operativos diarios de oscurecimiento, la misiones de abastecimiento a Malvinas que se efectuaban desde la isla, los A4B y Mirage simulando misiones de bombardeo sobre Ushuaia de bahía y orografía similar a algunos lugares de nuestras Malvinas, las tareas de Comunicación en la DC, la partida del Belgrano aquella madrugada desde el muelle de Ushuaia junto a los Destructores Bouchard y Piedrabuena y el regreso de los muertos y supervivientes después de aquélla catástrofe.
En las postrimerías de la guerra, y ante el resultado que comprometía la campaña mentirosa del «vamos ganando», la seguridad y la censura se hicieron presentes coartándonos la posibilidad de acceder y transitar con normalidad por algunos sectores de la ciudad y sus alrededores.
Sólo nos consolaba y llenaba de orgullo, saber que a pesar del fatídico final percibido, nuestras heroicas tropas habían dejado todo y hasta la Vida en su heroico accionar frente a un enemigo enormemente equipado y entrenado.
Lo demás, es historia y nosotros los periodistas hemos tenido el honor y la oportunidad de poder mantener en el tiempo el recuerdo y reconocimiento de aquella Gesta.
Algún tiempo después:
En el derrotero de los años posteriores, recuerdo aquellas entrevistas en la radio a ex combatientes correntinos que me decían que «la República de Corrientes» había ayudado a la Argentina en la guerra.
La entrevista al Comodoro Amilcar Cimatti relatando sus sentimientos en la cabina de su Mirage y «su llanto» (en el Estudio de Radio Crónica en Comodoro) cuando le preguntaba por su familia durante el combate.
Ver nota: https://ambientecomunicacion.com/mi-amigo-el-aviador-de-combate-heroe-de-malvinas/
Los dos programas (en América 24), (uno censurado) con Ex Combatientes denunciando las violaciones a los DD.HH. por parte de algunos de sus superiores durante la Guerra … .y tantas entrevistas y anécdotas más que tuve el honor de compartir.
Hoy, Malvinas no es sólo una página heróica de nuestra historia, sino un compromiso con nuestros Héroes caídos y supervivientes que debemos honrar cada día.
«Ni de aquellos horizontes
nuestra enseña han de arrancar,
pues su blanco está en los montes y en su azul se tiñe el mar».