Noches frías, sacrificio y pasión

El Rugby es algo más que un deporte y una filosofía de Vida con sus enseñanzas

Quizás la faceta menos conocida es lo que significa practicarlo y disfrutarlo, algo más que en cada caso puede significar solo una experiencia, pero que en mi caso ha sido una marca a fuego.

De joven su práctica ocupaba espacios horarios importantes y unas sensaciones inolvidables dónde el frío y la soledad de volver a casa tenía la recompensa del deber cumplido, del goce de la intensidad del juego y de la camaradería entre jugadores.

Entrenamientos al atardecer dónde el frío se hacía presente, y los aromas del otoño rosarino eran complementos sensoriales imprescindibles para la satisfacción total.

El silencio de la noche y la fortaleza física y psíquica del entrenamiento eran el mayor premio que atenuaba distancias y renuncias a amigos, familia, estudios y trabajos.

La continuidad de tantos momentos intensos es lo que ha forjado en nosotros la denominada «filosofía Rugby»; marca a fuego que forja nuestra conducta el resto de nuestra vida.

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