Estar abiertos

Lejos de una concepción sabia, los periodistas nos enfrentamos día a día a retos vinculados algunas veces más a lo psicológico que a lo profesional.

Ya Rodolfo Walsh decía; «El campo intelectual es por definición la conciencia».

El miedo o desconfianza a lo desconocido y a veces la falta de coraje para afrontarlo pone en tela de juicio una de las razones más sublimes de nuestro oficio; el riesgo.

Pero no se trata del riesgo a la noticia o suceso, sino al miedo a estar abiertos. Manuel Belgrano señalaba «El miedo sólo sirve para perderlo todo».

Por ello debemos estar abiertos a todos los cambios y actualizaciones que se producen hoy en día.

Estar abiertos a la renovación tecnológica de las herramientas que diariamente utilizamos y hacen más grata y eficiente nuestra labor, utilizándolas adecuadamente.

Estar abiertos a que siempre hay alguien que sabe más que nosotros y, por ende, nos puede aportar ideas y procedimientos muy valiosos, además de hacernos crecer a partir de su propia experiencia y forma de trabajar, como escribía Jean-Baptiste Say: «Una de las mayores pruebas de mediocridad es no saber reconocer la superioridad de los demás».

Estar abiertos a que innegablemente debemos sumar a los jóvenes a nuestras huestes, ya que su energía y capacidad es el motor del futuro.

Estar abiertos a los disensos, ya que a través de ellos se construyen los consensos. Lao Tse sentenciaba: «Saber que no se sabe, eso es humildad. Pensar que uno sabe lo que no sabe, eso es enfermedad».

Estar abiertos a trabajar, no sólo con colaboradores que aportan su trabajo, sino también con asesores que aportan sus ideas y sugerencias.

«Lo propio del saber no es ni ver ni demostrar, sino interpretar», explicaba

Michel Foucault.

Estar abiertos a que la obsoleta concepción del cumplimiento de los horarios de trabajo reniega de la eficiencia y valoración que se debe hacer del tiempo que cada uno emplea en una determinada tarea, ya que siempre la componente de calidad pasa por la forma y no por el lapso.

Estar abiertos a que siempre habrá una forma más eficiente y creativa para desarrollar nuestro trabajo y que al respecto debemos buscarla y asimilarla para el bien de todos.

Estar abiertos a que nuestra conducta nemotécnica debe estar siempre orientada a ver las cosas con mirada sabia y actitud joven, ya que los nuevos tiempos requieren competitividad y alta gestión de las profesiones, donde esa mixtura maravillosa demuestra ser el mejor camino.

«Cuantas más cosas se saben más quedan por aprender, la ayuda que da el saber termina lo que se ignora, si hasta la luz de la aurora termina al anochecer.» decía José Larralde.

Gustavo Rachid Rucker 

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