Durante esta semana debería haberse entregado los Premios Anuales del Club Internacional de Prensa, no obstante la grave crisis en que se ha sumido la entidad ha pedido realizar la tradicional ceremonia. Y no sólo eso, la rebelión del grupo de disidentes ha generado la renuncia de la actual junta directiva y la llegada de un nuevo grupo de autodenominados directivos, que aún no han asumido sus respectivos cargos. Esta nueva junta directiva elegida en una asamblea no oficial se comenzó a gestar tras la salida del cesado tesorero Miguel Ángel San Martín.
La renunciada Junta Directiva presidida Frank Smith contó con el apoyo en su gestión de periodistas como Felipe Sahagún, Santiago Castelo, Diego Armario, José Luís Apezarena, Isabel San Sebastián y de jóvenes y talentosos profesionales como Víctor Cortizo, Ghassan El Khouri, Pilar Falcon, Robert Steven Duncan y Gustavo Rachid. Miembros del Club nos han señalado que este equipo se caracterizó una gestión modernizadora e pulsora de los valores más tradicionales del Club Internacional de Prensa.
La partida de Tito Drago en octubre de 2005, después de claras discrepancias con algunos miembros de la junta de Smith se gestó principalmente el recorte de poder que sufrió el periodista, a diferencia de otras épocas en que él funcionaba como el eje y gestor principal de la entidad gremial. La directiva de Smith entendió que la única forma de modernizar el Club y profesionalizar su gestión, era relegando a Drago a un segundo plano.
Pero Tito Drago volvió a la carga e intentó recuperar el poder perdido gestando el Golpe de Estado hace un par de semanas. Durante el mes de diciembre de 2005 Drago comienza a escribir correos electrónicos a algunos socios contactándolos para buscar adhesiones y futuros apoyos. El futuro golpe se potencio en el mes de enero con la caída del tesorero Miguel Ángel San Martín quien estaba siendo investigado el CIP sus manejos contables, hasta hoy no aclarados.
En ese momento ambos periodistas contactaros y comenzaron a gestar la revuelta. Lo extraño es que públicamente Drago y San Martín nunca han mantenido una buena relación. De hecho, San Martín festejó la renuncia de Drago del Club en octubre, y este últo siempre criticó que San Martín recibiera una remuneración ser tesorero de la entidad
Invocando catastróficas pseudoscrisis, a Drago y San Martín se sumaron algunas ‘viejas glorias’ que pertenecieron a aquellas de Tito Drago. Incluso algunos miembros de la propia junta de Smith, se vieron tentados a incorarse a este grupo de disidentes. Paco Cerro, Mohamed Abdelkefi, Miguel Arruti y los presidentes de las ‘poco conocidas’ asociaciones que componen el CIP, como José Manuel González Torga, Roberto Cerecedo y George Adam fueron la vanguardia de quienes querían cambiar la directiva de la asociación a toda costa.
Algunas de las herramientas utilizadas los ‘disidentes’ fueron reuniones de junta directiva en donde se desconocía lo acordado en juntas anteriores, consideración del voto del renunciado Drago en dichas reuniones de junta y un sinnúmero de cartas, faxes, correos electrónicos y hasta la piratería de la web oficial del CIP. De esta manera lograron realizar elecciones cinco días antes de la entrega de los premios, y no seis días después como lo dispuso Smith, como presidente en ejercicio de su mandato.
A partir de estos hechos, la tormenta y una catarata de alejamientos y renuncias de prestigiosos y conocidos periodistas se han masificado. Hasta la fecha, se han alejado de sus cargos el propio Smith y sus miembros de junta Fernando Jáuregui, Ghassan El Khouri, Víctor Cortizo, Diego Armario, Robert Steven Duncan y Pilar Falcón. Y como socios del club, Eduardo Sotillos Palet, Luis Serrano Altiras, Nuria Alonso Veiga, Michael Saad, Manuel Cruz, Ana Vaca de Osma, Gustavo Rachid, Isabel San Sebastián y otros.
Respecto a la ulta lista publicada PRNoticias, después de la asamblea ilegalmente convocada, desparecieron de la lista, ‘aparentemente elegida’ los periodistas Daniel Beltrán, Helga Diekoff, Enrique de Aguinaga, José Apezarena y Jorge Guevara Segarra.