La frontera tolerable
Actualmente los acontecimientos en el mundo marcan una coyuntura compleja, como para inspirar a escritores de ciencia ficción; es el pan nuestro de cada día.
La situación en algunos países es el resultado de cambios de rumbo ante las desastrosas gestiones de algunas ideologías y sus profetas, que no han advertido que la sociedad siempre tiene claramente marcada una frontera tolerable en cuanto a sus expectativas y calidad de vida.
Pero un nuevo escenario se ha introducido groseramente en esta última década; la mentira, una forma de prometer y gobernar alentando expectativas que inicialmente satisfacen la desilusión pero que, como forma de gobierno, está comprobado que de la mentira no se puede volver.
Este fenómeno del miénteme, confórmame pero no me despiertes de este sueño plácido de la comodidad tiene un límite, como todo sueño. En algún momento la sociedad despierta y el peligro de los farsantes de turno reside en esa suerte de frontera tolerable a la cual tarde o temprano los ciudadanos arriban.
Ya hay muchos vestigios en algunos países de anuncios y promesas basadas en la perversa máxima de Goebbels «Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá», y así poco a poco esa creencia, como todo acto de confianza para con las promesas y anuncios, llega a esa frontera tolerable en donde todo vuelve a cambiar.
Este lógico punto de inflexión hoy es vulnerado por muchos políticos protagonistas del milagro del cambio que anuncian a los ciudadanos que esperan con lógica expectativa el resultado del cambio prometido, y es en ese punto de inflexión donde la frontera tolerable de las sociedades de diferentes países tienen una sensible diferencia, en virtud de lo que padecieron y de lo que eligieron para sanar la infausta gestión anterior.
El límite se acentúa mientras más cerca de la cornisa se desarrolla el juego a la espera del gol que, definitivamente, será la prueba fehaciente del triunfo, y en estos torneos no existen tiempos de alargue; cuando el partido termina, termina.
