Francisco: Sencillo como una paloma y astuto como una serpiente

Como en Mateo 10:16 la gestión de Francisco fue como «una oveja en el medio de lobos» 

Argentino e hijo de inmigrantes italianos, Jorge Bergoglio, único latinoamericano Jesuita que en 2.000 años de Iglesia fue elegido Papa, desarrolló un pontificado con una considerable cantidad de reformas, disruptivas, opuestas al establishment de la Iglesia, y muy cuestionado por parte de poderosas minorías todavía activas en el catolicismo, e ideologías políticas externas, que tanto desde el ateísmo, como de la extrema derecha siempre conspiraron en su contra.

Paloma y serpiente

Su gestión, claramente reformista, cosechó críticas de quienes consideraban que un sumo pontífice debe ser «selectivo» de quienes solicitan su atención, y no ser amplio y generoso en recibir a todos, sin distinción de creencias ni ideologías diferentes a la Fe cristiana.

Esta forma de ser es la que justamente lo caracterizó como un «Papa astuto» que no desperdició ninguna oportunidad para ser generoso con los impíos a los que siempre y sin excepciones les dejaba su mensaje transformador y su sutil crítica a sus equivocadas ideologías represoras, tanto de izquierda como de derecha, una forma de gestión pastoral que trató de reconectar a la Iglesia y sus críticos con lo esencial de la fe cristiana, como fue San Francisco de Asís, fraile italiano (siglo XIII) en cuyo accionar destacaba la pobreza, paz y cuidado de la creación. 

Quedan en las hemerotecas de su pontificado su claro compromiso que asumió Francisco con temas que fueron el pilar de su gestión; la defensa del planeta, la situación de los inmigrantes y el diálogo como modus operandi para pacificar conflictos internacionales.

Quedará mucho por escribir sobre SS Francisco y su papado, el tiempo medirá el resultado de su gestión y el legado de ser el precursor de una modernización de una Iglesia en la que todavía faltan sanear muchos temas para volver a ser aquella iglesia construida con la sangre, el sudor y el sufrimiento de sus precursores.

Gustavo Rachid Rucker