Vuelo en la Tormenta 

La aeronáutica ha sido una parte importante de mi Vida, una pasión.

Mi padre transitó parte de su vida profesional como un actor muy importante de ALA (Aerotransportes del Litoral Argentino) una línea aérea decana de la aviación civil en Argentina.

Viajábamos a menudo entre Rosario (Fisherton) a Buenos Aires (Aeroparque) y viceversa, una suerte de aventura volando en aviones Douglas DC3, quizás una de las aeronaves más versátiles y queridas en el mundo de la aviación.

Vuelo local, proeza internacional

Despegamos en el vuelo local de Buenos Aires a Rosario con mi Madre y mi Padre, un trayecto de menos de 300 km habitual y rutinario.

Cuando tomamos contacto con el área de control de Rosario, el control anuncia que el aeropuerto de Fisherton se encontraba “bajo mínimos” por razones meteorológicas, por lo que el comandante de la aeronave decidió usar los aeropuertos de “alternativa” (que se declaran en el plan de vuelo) para aterrizar hasta poder volver a Rosario; eligió volar sobre Rosario y seguir hasta el más cercano que era Sauce Viejo, el aeropuerto de la ciudad de Santa Fe (distante 160 km de Rosario).

En el procedimiento de aproximación hacia Sauce Viejo, el operador de torre le notifica que ese aeropuerto se cerraba también por razones meteorológicas y que en Rosario habían algunas mejorías que podían permitir un aterrizaje seguro. Ante ese panorama el comandante siempre avisando a los pasajeros, anuncia que volvemos a Rosario para intentar aterrizar, algo que no se pudo producir por una nueva situación de tormentas en la zona.

Alternativa no declarada

En una situación ya muy comprometida ante la muy reducida autonomía por el poco combustible que quedaba, el comandante solo ve factible aterrizar en el “aeroclub” de la ciudad de Marcos Juárez distante a 140 km de Rosario.

Se hacía de noche y el aeroclub de Marcos Juárez no contaba con comunicaciones por radio, solo pistolas de luces (roja, amarilla y verde) que se usaban para las operaciones aéreas, además de una pista de tierra, lo que le agregaba drama a la operación de aterrizaje de la aeronave.

Foto actual aeroclub de Marcos Juárez 

Solos y abandonados 

El guardia de turno del aeroclub observó un avión que no solían operar en ese campo, se asustó y se fue a su casa. La aeronave aterrizó como pudo y afortunadamente sin mayores inconvenientes más que toneladas de adrenalina en los pasajeros.

Ante la posibilidad de no poder comunicarse con ningún aeropuerto cercano para poder dar parte del aterrizaje, el vuelo se consideró en emergencia y desató un operativo de búsqueda por parte de las autoridades de la Provincia de Santa Fe sin resultado positivo porque ya era de noche.

Por razones de seguridad todos nos quedamos dentro del avión hasta que al amanecer llegaron las autoridades y se encontraron con nosotros sanos y salvos, pero agotados.

Se reposto de combustible al DC3 y después de una revisión por parte de los técnicos y tripulantes despegamos rumbo a Rosario dónde el “avión perdido” llegó en condiciones y con todos nosotros sanos y salvos.

Nota:

(La foto de portada son mis padres y yo bajando del avión en el aeropuerto de Fisherton en Rosario)

Gustavo Rachid Rucker

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