Tierra del Fuego promesa y desafío
Redacción AC
Así versaba la propaganda del gobierno de facto que en los ’80 invitaba a los argentinos a desarrollar sus vidas en Tierra del Fuego.
Llegué el 15 de marzo del ’82 y en dos semanas comenzó la guerra, un otoño que no olvidaré, con un invierno que nos transformó a todos los argentinos, y aún más a los que vivíamos en TDF, que testigos de las realidades de una guerra, hechos que la prensa oficial no cubría con el rigor de la información real de lo que acontecía, nos comprometió a entender que se avecinaban cambios profundos y que vivir en Ushuaia nos desafiaba a construir y sumar esfuerzos para consolidar una sociedad forjada por los viejos pobladores NIC (nacidos y criados) en esa tierra mística y mágica.
Mi suerte me acompañó, comencé a trabajar en el Gobierno de TDF ya en abril del ’82 y ahí comprendí cual importante había sido mi educación técnica (en mi Rosario natal) en una carrera de seis años que ya en ese momento aporto una joven experiencia muy necesaria en una sociedad que manifestaba a gritos la necesidad de consolidar un plan estratégico de crecimiento que por momentos se desbordó con la gran afluencia de nuevos pobladores que venía del norte; los del norte, como le llamaban los viejos pobladores.
Trabajé 10 años en Gobierno, actividades y experiencias que darían para escribir un libro porque me tocó ser protagonista del desarrollo y evolución definitiva de una sociedad que tarde o temprano tendría que dejar de ser territorio nacional para transformarse en una provincia.
Diez años de experiencia en una tierra difícil de domar, con muchas carencias para una calidad de vida razonable, pero que la fuimos enriqueciendo con nuestro esfuerzo año tras año con todas las infraestructuras necesarias para hacer de TDF uno de los parajes de referencia en cuanto a una oferta turística premiun con productos y servicios que siguen enamorado a todos quienes la visitan, dando cobijo a quienes la habitan y haciendo soñar a todos aquellos que esperan poder conocerla algún día.
En la imagen el edificio de la Casa de Gobierno, mi oficina durante 10 años.