RUGBY «Tarjeta roja a la comunicación»

Es una característica de estos tiempos una considerable baja calidad de la comunicación en general, pero nunca imaginamos que esto llegaría al Rugby, que todavía atesoraba una portavocía de calidad; algo así como que hablaban, escribían y publicaban los que realmente tenían la suficiente trayectoria y conocimientos para hacerlo.

En estos últimos tiempos, y potenciado por el Mundial 2023 en Francia, abundan tarjetas rojas a la gran cantidad de improvisados e irresponsables en materia de comunicación; todos hablan, todos opinan, todos juzgan, todos pronostican; salvo honrosas excepciones, que son periodistas, analistas y medios a los que da placer ver, escuchar y leer.

Haber transformado el Rugby en el mercado de muchos ha colaborado para que los improvisados e iletrados de la ovalada practiquen sus ensayos (TRY) de baja calidad y al borde del ridículo, que suele llegar al descrédito.

Ni hablar en el mundo hispanohablante de las envidias de los y las mediocres, que ante su paupérrima trayectoria, gracias a un contrato que les dan se imaginan la gloria de haber participado en «el mundial», para después volver al barrio, donde no todo lo que brilla es oro.

En épocas en que parece que el cambio de opinión se ha trasladado al Rugby, se va de la crítica despiadada a la alabanza ridícula, sin lograr establecer que los resultados del Rugby están regidos por un sinnúmero de factores, que la mayoría de los «opinólogos» no conocen, dada su nula trayectoria, y su magra capacidad de análisis, donde además abundan y se manejan términos inapropiados referidos al Rugby, a saber; gordos, sufrir, pobre, y un largo etcétera de palabras que no corresponden.

En el Rugby no hay gordos, hay robustos, no se sufre, se compite al máximo, no hay pobres, hay jugadores que lo dan todo.

Y ni hablar de los «suponólogos», que pronostican catástrofes que terminan resultando todo lo contrario, ya que el Rugby se maneja con una lógica de las que ellos adolecen; suponen situaciones y resultados basados en su pasión, y no en una conducta profesional de la responsabilidad que significa ¡comunicar Rugby!

La libertad de opinión debe estar siempre garantizada, pero cuando se trata de periodismo y comunicación profesional, en relación al Rugby, no se puede tratar como lo hace la prensa rosa del corazón, porque el Rugby es mucho más que chismosear postureos, el Rugby como tal sigue siendo una tradición que debemos entender, apoyar y divulgar con calidad y responsabilidad.

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