Periodismo: Adjetivos calificativos-descalificativos. TOLERANCIA CERO

La transformación y depreciación del periodismo impone nuevas técnicas, intolerables para el ejercicio profesional adecuado y respetuoso.

He decidido escribir unas breves líneas basadas en mis décadas de experiencia en el ejercicio de esta gran pasión que es el periodismo.

La experiencia y la trayectoria trabajando en los más diversos puestos, cargos y lugares dan a un periodista profesional una cosmovisión amplia que le permite poder ver con claridad las fortalezas y debilidades del modus operandi de los profesionales de la comunicación hoy en día.

Está claro que hay una evolución de las herramientas y canales de comunicación de los que disponemos los periodistas, pero lo que debe salvaguardarse son los valores con que nos hemos educado y actuado siempre, y los principios deontológicos que desde siempre han garantizado el correcto desempeño profesional.

La política y el hambre han depredado al mundo de la comunicación

No es una frase catastrófica, es la realidad de cómo las ideologías y los políticos han pervertido tan digna profesión, identificando que el periodismo se ha transformado en un negocio, donde los políticos generan acciones influyentes que escapan a la ética con que se debe desarrollar la normal relación con los profesionales de la comunicación y la libertad de expresión y prensa que las debe garantizar.

Formatos

Comprar voluntades y líneas editoriales ya es una vil práctica enraizada en el mundo de la comunicación y el poder, un formato donde el «vil metal» manda y pervierte la verdad, pero ahora se van sumando nuevas formas perversas que generan desconfianza en honor a la credibilidad y rechazo en honor a la verdad, y son los pseudo periodistas que agreden e invaden irrespetuosamente lo que debería ser un vínculo normal entre quienes preguntan y quienes responden, formato éste utilizado últimamente por la ultraderecha, carente de referentes mediáticos y usando aprendices que buscan mayor visibilidad y fama sin tener que construir una trayectoria basada en la excelencia profesional, porque solo ambicionan salir en la foto a cualquier precio.

También están los trolls, toda una generación de jovencitos aburridos que solo saben cómo hacer daño, pervertir la verdad, generar bulos y estar al servicio de iletrados y políticos de dudosa salud mental.

Factor común: el insulto

Todos estos nuevos y nefastos formatos convergen en el insulto como herramienta común en su línea editorial, donde insultos y adjetivos calificativos «descalifican» a sus víctimas de una manera que avergüenza a los verdaderos profesionales de la comunicación y hunde el futuro de quienes utilizan esos adjetivos simplemente para excitar a los fanáticos.

Es sabido que el periodismo profesional incluye en el sueldo condiciones laborales adversas e injustas, que son parte de la pasión y la adrenalina que necesitamos y padecemos desde que elegimos esta apasionante actividad, pero no dejemos que el postureo de quienes ambicionan salir en la foto modifique las conductas habituales de un periodismo bien hecho, que no se conforme con generar solo descrédito y no aportan nada a la sociedad. Ejercer el Periodismo profesional es otra cosa.

Continuará…

Gustavo Rachid Rucker

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