La radio inteligente
Redacción AC
Un modo de no vivir en el pasado.
“Es el fin de una época y el desarrollo de un nuevo modelo de comunicación, donde los conceptos de libertad y neutralidad de la red son la garantía necesaria para transitar este apasionante momento”
El proceso imparable del «nuevo paradigma radial» ha disparado la oportunidad de miles de soñadores de protagonizar estos tiempos de cambio. Así se vivió cuando, hace muchos años, la Radio histórica marcó el ritmo de nuevos emprendimientos y vocaciones basadas en la calidad, magia y excelencia de aquellos maestros que escribieron nuestra historia.
Nuevos tiempos de la radio inteligente
Si sumamos a todos estos escenarios los datos emanados de una prestigiosa encuestadora donde el porcentaje de oyentes (85% del total) que escuchan las emisoras de radio generalistas no lo hacen a través de un receptor de radio, sino a través de sus teléfonos móviles, y otros dispositivos y sus computadoras, o sea online, la Radio Online ya está transitando entonces su propio FODA / DAFO, donde las Fortalezas y Oportunidades tan evidentes, también se enfrentan a Debilidades y Amenazas propias de un nuevo modelo que pocos conocen y muchos lo consideran como un hobby.
Será así donde el sector ganará su respeto y prestigio a partir de la calidad y el profesionalismo con que se desarrollen los proyectos radiales, a través de formatos temáticos de gran nivel y contenido.
Otros tiempos, otros talentos y otros talantes, hoy en extinción, con honrosas excepciones
En esta vertiginosa transformación, como toda construcción acelerada y desordenada, la calidad y el profesionalismo no son la moneda de uso corriente, ya que la mágica aparición de estos nuevos formatos de medios digitales no han dado tiempo a que los nuevos «emprendedores» transiten el camino fundamental de la experiencia, desde la excelencia y la profunda comprensión de un oficio que además de idílico, es claramente un muy duro y exigente ejercicio de disciplina, conocimientos, cultura y comprensión de lo que realmente significa «hacer radio».
Este fenómeno global de «calidad relativa» es congruente con lo que acontece en las RRSS, herramientas complementarias esenciales de la Radio online y medios digitales en general.
Toda una mala utilización de un recurso valioso, hoy tan maltratado como también el sonido en general de muchas emisoras online y algunas publicaciones de medios.
Ya en algún momento escribí que la Radio online reclamaba un espacio en el que solo dependía su reconocimiento del nivel profesional con que se desarrollara esta transición hacia lo digital; es así, cada día más, pero con muchos condicionamientos, porque mientras algunas Radios deleitan con su calidad y propuestas, otras rebajan a niveles muy bajos el buen trabajo que nuevos radiodifusores están realizando.
Desde la estética del sonido la pseudo democratización del éter ha dado paso a una legión de voces inapropiadas, sin articulación, tono, ni personalidad, no solo desde lo profesional, sino también desde lo artístico, un verdadero cóctel que degrada el concepto de calidad a una mínima expresión.
Otro capítulo que interviene en esta coyuntura es el referido no solamente a la coherencia de la propuesta radial, sino también a la responsabilidad de lo que significa tener un micrófono delante y el uso que debe hacerse del mismo desde una posición profesional, para enfrentarse con argumentos y formación a la era de la “posverdad”, evitando rumores o simplemente mentiras repetidas que circulan a través de webs y redes sociales, pero sí con los fundamentos del periodismo en cualquiera de sus soportes.
No existe un modelo concreto de Radio online, todos parecen «supuestamente» atractivos, dotados de una absoluta libertad de expresión en sus programas y propuestas artísticas, pero no todos, a pesar de su «genialidad radial», son solventes y rentables, y menos aún atractivamente audibles.
Esos y algunos otros factores son los que en el concepto de «hacer radio», o apelando a una pseudo locura de esta «aventura radial», deforman y precarizan los postulados y principios deontológicos y profesionales que siempre han marcado la forma correcta y profesional de hacer radio, calidad que nos ha conducido hasta estos días de cambio.
De aquellos maestros venimos, pero por lo que se escucha, ya parecen olvidados
Quizás este modelo de «baja calidad» comenzó a construirse años atrás cuando en los medios analógicos, AM y FM, la invasión de «expertos y opinólogos» quitó prestigio y calidad a la propuesta radial, repleta hoy de voces que aunque libres, adolecen de nivel profesional para conducir u opinar en tantos programas radiales. Ni hablar de los «tonos», y los «tempus» de esas voces.
También el factor de una precaria formación profesional de periodistas y comunicadores ha dado espacio a esta irrupción de «voces libres» que se han afincado en la magia de la radio, ya que esta frágil y baja formación en lo referente a «cultura general» es actualmente una característica muy marcada de los nuevos profesionales de la comunicación.
Como todo escenario complejo, la jerarquización y crecimiento de este espacio mediático digital estará en manos de los propios radiodifusores y organizaciones que regulen y trabajen en pos de alcanzar una calidad de radios y programaciones que respalde el respeto y la reputación que estos medios exigen, en estos días, con la presencia condicionante en el mercado de un oyente cada vez más «fino» y exigente.
Profesionalismo periodístico y radial, voces educadas y adecuadas, programación atractiva e innovadora, artística y musicalización acorde, serán los pilares de crecimiento de un sector que reclama el respeto y reconocimiento.
¿Todos somos podcasteros?
No se trata de editar un audio, es más bien el arte de condensar en un audio contenidos con alto nivel profesional y artístico, que resulten además una experiencia atrapante y de calidad.
Han pasado más de 20 años desde que se produjo el primer pódcast, cuando Adam Curry usó una especificación del formato RSS, de Dave Winer, para incluir archivos adjuntos. Mediante la etiqueta enclosure añadió archivos de audio a un archivo RSS y decidió crear un programa para poder gestionar esos archivos, al que llamó iPodder, en relación con el reproductor portátil de música que poseía, un iPod, y han transcurrido algo más de 17 años desde que se acuñó el término «podcasting», 16 años desde que el New Oxford American Dictionary denominó «pódcast» la palabra del año, 14 años desde que comenzó el primer pódcast de suscripción.
Ya hace casi dos décadas que en los medios de comunicación digital de nuestra agencia Ambiente Comunicación comenzamos a trabajar con este formato. Hoy hasta los grandes grupos de medios ya transitan esta «madura» forma de hacer Radio, un complemento del streaming, de un nuevo modelo de comunicación, donde los conceptos de libertad y neutralidad de la red serán la garantía necesaria y suficiente para ser parte de este apasionante momento y dejar de vivir en el pasado.
FUENTE: Gustavo Rachid Rucker