¡Hombre, el argentino, me lo encuentro nuevamente!

Entre los años 2007-2010 tuve la suerte y el honor de conocer a SM el hoy Rey emérito D. Juan Carlos, acompañándolo en eventos profesionales, viajes y otras actividades donde siempre su presencia significaba compartir una experiencia fantástica.

Su personalidad de ser alguien cercano y de muy alto nivel intelectual, siempre me permitió mantener interesantes charlas con SM.

Pasaron los años y lo volví a encontrar, esta vez en Buenos Aires, en una presentación de una muy importante organización española, rodeado de autoridades y personalidades internacionales.

Me acerqué a saludarle, y a pesar de que había transcurrido un lustro desde la última vez que nos vimos; me vió y dijo con su imponente tono de voz y gran cariño; ¡hombre, el argentino, me lo encuentro nuevamente!.

Saludado con respeto, seguimos participando de tan interesante evento, hasta que, en una pausa, acudí al servicio y segundos después entró SM con su edecán.

«Hombre, qué lugar para volver a cruzarnos, jajajaja», expresó SM.

Me causó mucha gracia, y con el respeto y admiración de siempre le dije: Majestad, siempre por respeto y protocolo me hubiese gustado tener una foto con usted, pero por razones obvias, nunca se lo pedí…

Inmediatamente SM me pidió mí móvil y le dijo a su edecán: Cógeme el bastón por favor y sácanos una foto…». Me miró y dijo: «Ahora ya tienes la foto».

Solo SM siempre fue capaz de salirse de un protocolo estricto, cuando se trató de situaciones que tuviesen que ver con la gente, que le pedían cosas tan inverosímiles como sacase una foto, en un lugar tan «especial».

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