Gustavo Rachid, un polémico empresario de comunicación ligado al integrismo católico, asesor de universidades privadas y experto en privatizaciones, dirige la política informativa del MICINN.

Noviembre terminó con la mirada mediática puesta en la ignorancia de los estudiantes que protestan contra la convergencia europea, cosa que no ha cambiado durante los últimos días. Una estrategia liderada y fomentada por el propio Ministerio de Ciencia e Innovación (MICINN).

Tanto Marius Ruviralta, secretario de Estado de Universidad, como la propia ministra Cristina Garmendia reforzaban el mensaje en el Congreso: “Los estudiantes no saben por lo que protestan”; “Bolonia no tiene nada que ver con las críticas que están haciendo”. Todo ello mientras la titular del departamento encargado de velar por la salud del sistema universitario español despachaba las protestas de los estudiantes con el cliché de “violentas” y a sus protagonistas de “antisistema”.

Tras los reportajes ‘clónicos’ de El País, El Mundo y La Vanguardia (ver DIAGONAL nº 91) el Ministerio de Ciencia anunció el inicio de una campaña de comunicación para informar sobre el proceso de Bolonia. Su objetivo, contrarrestar las dudas y el debate que está provocando en la comunidad universitaria sobre qué significa el Espacio Europeo de Educación Superior.

Rachid, máximo responsable

Al frente del Gabinete de Comunicación del MICINN se encuentra Gustavo Rachid Rucker, una persona vinculada al integrismo católico español y a varios lobbies empresariales. Un perfil controvertido para el responsable de comunicación de un Ministerio acosado por la privatización de la universidad y los debates sobre la investigación con células madre. El nombramiento de Rachid se conoció en abril de 2008, aunque su relación laboral con Cristina Garmendia era previa y la sigue acompañando en su faceta empresarial.

Aunque ahora las relaciones con los grandes medios parecen ir por mejores cauces, en sus primeros meses los choques fueron constantes. En junio, diariocritico.com denunciaba que Rachid había “decidido ignorar las llamadas de muchos medios de comunicación”. Además de que en su propia biografía desaparece su labor en Argentina, el director de Comunicación del Ministerio tiene como uno de sus asuntos más espinosos su despido del Club Internacional de la Prensa (CIP) en 2006, una organización que representa en el Estado español a los corresponsales internacionales.

Según ha denunciado espacioseuropeos. com, en un boletín interno, la comisión de Ética de la CIP “propuso que se suspendiese a Rachid tres meses como socio”, cuando era el secretario ejecutivo del Club. Este periódico se ha puesto en contacto con el Club Internacional de Prensa pero nadie ha querido hacer ningún tipo de declaración pública, ya que su presidente, Francisco Giménez Alemán, se encontraba de viaje. Eso sí, reconocen que “algo extraño sí hubo en su salida y que es un tema del que ya no se habla”. El periodista argentino fue acusado entonces, según este portal de Internet, de “haber intentado excluir de la edición anual de entregas de premios de la CIP a la Asociación de Corresponsales de Prensa Iberoamericana (ACPI) y a la Asociación de Periodistas Árabes en España (APAE). Ese intento de marginación seguía a intentos sucesivos de acceder a la presidencia de la una y de la otra”.

Rachid, hasta su actual designación en el Ministerio, presidía su propia agencia de comunicación, GRCom, donde trabaja parte de su familia, y entre sus anteriores ocupaciones estaban las de asesor y consultor de comunicación, entre otros, del Ministerio de Economía y Hacienda o de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), lo que ha compaginado con charlas sobre las privatizaciones, como experto tanto en el Estado español como a nivel internacional.

Amor por Teresa de Calcuta

Si nos fijamos en otro apartado de su actividad profesional, descubrimos su gran relación con la jerarquía eclesiástica más conservadora. La que el domingo 28 se reunirá en la plaza de Colón (Madrid) bajo el lema: “La familia, gracia de Dios”, ya que los sectores más moderados no se unirán al acto estatal que el año pasado fue un mitin contra el Gobierno de Zapatero.

Además, en su currículum descubrimos que ha sido profesor y asesor académico de la universidad privada Francisco de Vitoria,bastión de los ·propagandistas católicos, y su nombre aparece habitualmente en charlas organizadas por instituciones como la universidad privada San Pablo-CEU o la Fundación Crónica Blanca, presidida por Manuel María Bru, director del área socioreligiosa de la COPE, en la que también ha colaborado Rachid; así como en jornadas de la Archidiócesis de Madrid. Incluso, ha reconocido que su libro preferido es uno sobre Teresa de Calcuta. Además de su afinidad con la iglesia también destacan sus buenas relaciones con la Asociación Víctimas del Terrorismo o con algunos grupos de la oposición cubana ligada al exilio de Miami y la órbita ultra de Mas Canosa.

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