Estar digitalizados. Un mundo que no está preparado para el próximo colapso presencial
Redacción AC
Hay una mega industria de encuentros, eventos, premios, workshops, etc. con una gran cantidad de actividades presenciales.
La sociedad global ha manifestado una especie de catarsis después del encierro, sin dar cuenta de las enseñanzas que la cruel pandemia nos legó.
La sobre actividad de todo tipo de eventos presenciales, ha activado y estimulado el face to face y la industria del canapé, pero retrasado en forma alarmante no solo las capacidades tecnológicas de empresas e instituciones para desarrollar eventos en forma telemática, sino también la reeducación de los profesionales para cultivar y desarrollar una forma diferente de comunicación que no solo alcance los objetivos específicos de una actividad, sino también incremente el alcance global y las audiencias.
Es verdad que la mayoría de esos eventos en general transmiten su contenido a través de las diferentes plataformas para que los ausentes puedan participar, pero no es legítimo, ya que no se trata de un evento llevado a cabo a través de una plataforma digital especialmente creada para tal fin, sino que solo se «retransmite» en forma telemática.
Caso similares son los referidos a las radios
El concepto y diseño de una radio digital nativa considera una serie de parámetros técnicos específicos que, de estar bien concebidas, su homologación de «digital nativa» le otorga una calidad y eficiencia singular que no poseen las emisoras de AM y FM, que también transmiten por streaming pensando en que son «digitales», situación esta que es evidente en la calidad de programación y trasmisión; un simple parche que solo cambia el dispositivo y aparato en el que se escucha.
El día después
Otro tema para tener en cuenta es la rentabilidad concreta de tales eventos presenciales; mucho encuentro pero relativos resultados es la realidad de la mayoría de estos eventos en la actualidad.
Esa medición de la rentabilidad de los mismos también debe ser diseñada en forma específica cuando se lleven a cabo eventos en forma telemática, todo un capítulo nuevo y desafiante para que no sean solo una básica videoconferencia, sino un verdadero evento desarrollado en forma digital, donde el formato y los resultados deben ser óptimos, no teniendo nada que ver con los eventos tradicionales a los que asistimos.
Un nuevo formato de costos
La sola comparación de los costos de dichos eventos presenciales comparados con uno telemático amerita una profunda reconsideración de todo el mundo del negocio que se mueve con lo presencial: transporte, alojamientos, catering, escenografías, asistencias técnicas, guías, protocolo, alquileres del lugar, y un largo etc. Todos ellos rubros que ante el supuesto encierro, sufrirían un grave perjuicio económico como fue durante la pandemia pasada, y los conflictos bélicos en la actualidad.
Ante esas vicisitudes también un capítulo a considerar es garantizar el abastecimiento del servicio de energía, fuente imprescindible para la trasmisión de eventos y el normal funcionamiento de las redes y canales de comunicación digital.
Estar preparados
Nuestra experiencia basada en la trayectoria y la IN (inteligencia natural) y no en la IA (inteligencia artificial) nos obliga a reflexionar permanentemente sobre cómo debemos prever la forma de trabajo que no se corte por cualquier catástrofe natural, real o inducida por el negocio que significa la salud, o cualquier otro conflicto que nos obligue a teletrabajar, teleparticipar y telefuncionar en todos los sentidos.
Es verdad que las relaciones públicas son imprescindibles para el ser humano, pero los nuevos escenarios mundiales que se vislumbran nos deben llamar la atención para pensar, diseñar y poner en marcha planes y sistemas de actuación que no alteren el normal desarrollo de dichas actividades y eventos; un nuevo modelo de gran calidad que nada tiene que ver con los formatos actuales.
Gustavo Rachid Rucker
*Imagen: crédito a quien corresponda