En la Alemania comunista, el sueño de la libertad tenía un nombre: Trabant

Para conseguir uno, las familias podían esperar más de 10 años en una lista estatal. Algunos incluso registraban a sus hijos recién nacidos para que, al ser adultos, pudieran recibir el coche. 

Y aunque era lento, ruidoso y olía a gasolina… cuando por fin salía del taller, significaba libertad.

Los 3 de octubre, Alemania celebra su Día de la Reunificación. Y pocos objetos cuentan esa historia tan bien como el Trabi: un pequeño auto de plástico que se convirtió en símbolo de esperanza, resistencia y unidad.

 Fuente: dwmagacines

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